Hace ya casi dos siglos que los vecinos de estos dos pueblos construyeron el primer canal de riego en la provincia de Zamora para regular y aprovechar aguas del Órbigo. Precisamente en el mes de mayo de 1835, los dos ayuntamientos comunicaban y publicaban de esta manera en el Boletín Oficial de Zamora la ejecución del primer canal de riego que se construía en la provincia “que habiendo recibido del Marqués de Valdegema y Gobernador civil de Zamora los oficios donde proponía a dichos Concejos la formación de un Reglamento para el mejor uso y aprovechamiento de las aguas provenientes desde Coomonte así como la longitud, latitud y profundidad del cauce construido con otras cosas, en cuyo cumplimiento dijeron que la longitud del cauce en su profundidad era de una vara y medio pie, y en lo profundo tiene diversas dimensiones según la posición de los terrenos pero tomando una media puede calcularse en una vara y un pie; y la longitud no bajaba de tres mil ochocientas varas castellanas en su totalidad. “
Continuaban los Concejos de Fresno y Vecilla de la Polvorosa “que habiendo construido todo el cauce principal para la recogida de las aguas de los cauces del Órbigo y del Eria, tenían la satisfacción de comunicar al Sr. Gobernador, que el día 25 de marzo de 1835, se vio correr en el pueblo de Fresno el agua conducida por dicho cauce, y el día 18 de abril sucedió lo mismo en el término de Vecilla de la Polvorosa. Faltaba, sin embargo, por hacer un ramal para aprovechar todas las aguas que venían perdidas desde Coomonte, lo cual se trataría al mismo tiempo que se hacía la regulación de los terrenos”.
Uno de los mayores impulsores en aquel momento de ese proyecto fue el párroco de Fresno D. Antonio Francisco Martínez que siempre animó y apoyo la creación de dicho canal de riego en ambos Concejos que, por otro lado, expresaban también sus temores dado que “por no haberse verificado la regulación y nivelación del cauce no podían certificar el importe total del proyecto y ejecución de la obra hidráulica realizada por los vecinos de los dos pueblos. Pero sí podían evaluar anualmente los aumentos de los productos agrícolas que causó la construcción del nuevo cauce.
Expresaban los vivos deseos que al igual que el Sr. Gobernador tenían por la prosperidad de los pueblos y se expresaban con el mayor júbilo de la sementera de linaza, único auxilio en que cifraban sus esperanzas los labradores de dichos pueblos, por lo pronto no decaía sino que parecía que por los escalones por donde había descendido a casi el último de la miseria volverá a su antiguo lustre y esplendor. ¡Quiera Dios oír nuestra súplicas nuestros deseos y los del Párroco de este pueblo que desde el pueblo más chico inflamado y ardiendo en celo elevó el más útil proyecto al Sr. Gobernador civil de la provincia!”
Entonces ahora y siempre bendecirán estos pueblos, los Ayuntamientos que representan las angelicales bienhechoras, Isabel y Cristina, que sin medida han prodigado beneficios a sus leales vasallos.
Entonces, ahora y siempre, alabarán el buen acierto en la elección que hizo el Gobierno o la augusta Soberana de la persona de V. S. para Gobernador civil en la provincia de Zamora.
Siempre se han reconocido y se reconocen deudores a V.S. por las medidas tan acertadas como ha dictado para hacer el bien y evitar la ruina que nos amenazaba. Luego que se hubiere verificado la tasación de los terrenos y concluido el Reglamento, prometemos de elevarlo al conocimiento de V.S.; contentándonos por ahora con solo lo expuesto para el breve despacho de correo. Dios guarde a V.S. muchos años. Fresno de la polvorosa, 23 de abril de 1835. José Díez, como fiel de fechos. Juan Sánchez.
Al Sr. Marqués de Valdegema, Gobernador civil de la provincia de Zamora
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