Panem et circenses

18 Noviembre 2022

En la Sátira de Juvenal (poeta latino de la antigua Roma unos años antes de Cristo) se ponía de manifiesto la decadencia política de los gobernantes que más allá de su entrega al servicio de la comunidad, optaron por el entretenimiento del pueblo para mantenerse en el poder mediante la conocida máxima de “Panem et circenses”.
Bien conocido es el dicho «Al pueblo, pan y circo», que muy probablemente todos hemos escuchado alguna vez y que, de hecho, se generó precisamente entre los gobernantes de la antigua Roma —«panem et circenses»—, precisamente porque acostumbraban ofrecerlo al pueblo a cambio de obediencia, de su confianza y —sobre todo— de mantenerse alejados de los asuntos que preferían conservar dentro del círculo político.
Ahora, incluso, va más allá y así tenemos “Panem, circenses et vinum”. ¿Permisividad o promoción de la clase política en la cultura de la borrachera entre los jóvenes? Esta es la cuestión de fácil respuesta que pone hoy a nuestra sociedad occidental en el camino de su ocaso.
Estamos viviendo tiempos de grandes turbulencias en lo que se refiere a la formación y educación de las nuevas generaciones.
Las escenas que se suceden uno y otro día por España y en general por toda Europa, con altercados, peleas, asesinatos cada semana en ciertos ambientes festivos de la juventud, ponen en duda el pensamiento con el que se desarrollarán en el mañana las futuras naciones occidentales.
Restar importancia a la pérdida de valores que se va imponiendo entre los jóvenes es un craso error para Occidente porque está más preocupado del dinero y la ambición de poder que de la estabilidad demográfica y el asentamiento de valores de una cultura digna de sociedades avanzadas.


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